A través de este entrenamiento podrás experimentar y disfrutar una relación profunda y personal con tu Padre Celestial y con las personas que forman parte de tu vida ahora y las que vendrán después. Es el tiempo de manifestar día a día lo que Yahshúa nos enseñó en Mateo 22:37-40:
Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma y con toda tu mente. El segundo es semejante a éste: Amarás a tu prójimo como a ti mismo.
Vamos a aprender a:
– Incrementar la relación personal con el Padre Celestial y entender que él es la fuente de mi bienestar.
– Amar y valorar quién soy y para qué fui creado.
– Edificar relaciones sanas y con propósito divino
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